lunes, 16 de junio de 2014

Capítulo 36: La Final - Primer Tiempo

Gianni Rivera, Il Bambino D'Oro, aquel gran habilidoso Italiano de las décadas del 60’ y del 70’, decía que La gente cree erróneamente que las finales, los partidos extraordinarios, se ganan con desempeños extraordinarios. El sostenía lo contrario, “En la finales la mayoría suele mermar su desempeño, por el estrés, por la presión” “Las finales las ganan, los que logran sostener su rendimiento, su juego, su estilo, en ese clima de tensión extrema”  “Muy pocos pueden hacerlo. El que juega una final como un partido normal, es un anormal”.


Cuando los jugadores salieron por el túnel a jugar aquel River – Newells definitorio, por la última fecha del Campeonato, el Estadio estallaba. No había ni una sola butaca vacía, las entradas habían llegado a revenderse  hasta por el precio de un auto cero kilómetro, la gente que había llegado a la cancha hacía horas y no podía contener su ansiedad, explotó en un grito de guerra, sin idioma, universal, no muy distinto al Romano “Maten o mueran”.

Busqué la cara de cada jugador, la mayoría parecía muy nervioso, Maxi Rodriguez se ató los botines tres veces, hasta que llegó al círculo central, el agnóstico Nasri, observó incrédulo las tribunas, subió la mirada y mientras abría los brazos comenzó a hablarle al cielo.

Iniesta y Messi eran los anormales, ambos hacían juguetitos, cerca de mitad de la cancha, totalmente abstraídos del marco externo, como si estuvieran solos, esperando en un baldío a sus amigos de toda la vida para jugar un picado.

Ni bien comenzó el partido, todo se transformó en un duelo entre ellos.

Boca, Newells, el descenso, el campeonato, la gloria, el fracaso, por un rato el estadio se olvidó de todo eso, cautivados por el ir y venir sin descanso de Messi e Iniesta, de un área a la otra, los otros jugadores, miraban tan incrédulos como los espectadores, parecían ser parte de la escenografía.

Pep y Mou, al borde del campo de juego,  gritaban enojados.  Nada de eso era lo que habían planificado, luego de ver cientos de videos. Ellos habían preparado un sinfonía perfecta, ejecutada por una gran orquesta y de repente aparecían estos geniales solistas, a cambiar todos sus ritmos, sus métricas, a improvisar en lugar de atenerse a la partitura.  

Los hinchas comenzaron a gritar. Llegaban noticias desde La Boca. El equipo de Cristiano Ronaldo le ganaba 2 a 0 a Plantese, que jugaba con uno menos. El Niño Torres, antiguo pupilo de Mourinho, al que le había prometido un triunfo que le diera el Campeonato, se iba expulsado al protestar por un gol mal anulado. Con este resultado,  Boca se coronaba campeón y River se iba al descenso, “Ganen o pierdan la puta que los parió, ganan o pierdan la puta que los parió”.

El canto iba in crescendo, cuando Iniesta anticipando a Messi, robó una pelota en mitad de la cancha, tocó con Funes Mori y cuando este se la devolvió, en la medialuna del área, la clavo en el ángulo superior izquerdo, antes que Messi llegará a bloquearlo. Los hinchas explotaron, GOOOOLLL!!!!!!!!!!!, 1 a 0, Boca salía Campeón, pero River se salvaba del descenso.

Guardiola se dio vuelta y lo festejó alentando al banco de suplentes, Mou estrelló una botella de agua mineral Evian contra el suelo, mojándo su clásico pantalón Armani Slim Fit.

El resultado era justo. River había sido un poco más, en ese mar de impresiones que era el partido, no era claro, pero tenía más la pelota y había generado algo de peligro.

Faltaba poco para terminar el primer tiempo y River se tiró atrás. No creo que haya sido una indicación del técnico, simplemente muchos jugadores comenzaron a tener miedo de perder lo que habían conseguido. Cada minuto que pasaba era un metro que retrocedían en el campo. Como el hombre que sale del banco, aferrado al dinero que tiene en el bolsillo, invitando a que se lo roben.
Los jugadores de River tardaban en sacar los laterales y los tiros libres, aunque vieran a un compañero de ellos libre, preferían descartar una buena jugada, no dársela a Iniesta cuando estaba solo, pero ganar 10 o 15 segundos. Pep lucía irritado, no le gustaba todo aquello, no porque no le gustará ganar así, sino porque pensaba que así era más difícil ganar. Estaba tan nervioso que casi lo insulta a Alexis Sanchéz cuando salió en camilla del campo de juego, luego de haber simulado una falta.

Mou lo miraba a la cara a Guardiola y asentía, mientras revoleaba los brazos al aire, no se podía quejar, entendía la ironía de ser un mago victima de sus propios trucos. Hasta lo hubiera felicitado.

Enseguida Messi contestó con dos jugadas casi idénticas, diagonal de derecha a izquierda y tiro rasante y combado al palo izquierdo. El primero, a los 42 minutos del primer tiempo, se fue a no más de diez centimetros del arco, el segundo, ya en tiempo de descuento, marcó el empate.

Los gritos volvieron. “Ganen o pierdan la puta que los parió, ganan o pierdan la puta que los parió” y siguieron mientras los jugadores se iban por el túnel.


La televisión transmitía en simultaneo, de un lado la cancha de River, del otro Cristiano Ronaldo, que se había sacado la camiseta, para gritar el 3 a 0, también se iba al vestuario, aclamado por la hinchada de Boca, mientras hacía fuerza para mostrar sus bíceps y pectorales y lucir emocionado, épico. Aquel partido estaba virtualmente definido, Boca sería Campeón si Newells no lograba ganar su partido.

“Ganen o pierdan la puta que los parió, ganan o pierdan la puta que los parió”

6 comentarios:

  1. No aguanto a que llegue el 2do tiempo.
    Muy buenos los capitulos chango

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  2. Quizas Iniesta deje todo y no le alcance, quizas se vaya al descenso, pero una cosas, que no se lo coman Los Buitres, espero que el juez sea mejor que Griesa.

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  3. Los buitres a los que les pagan religiosamente los K? Que no lo agarre Milani...

    Buenìsimo el blog, me emociona salvo los insufribles comentarios de corita.

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  4. Gracias Landau, y bueno Cora, es como la publicidad de FPT

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    1. No lo había pensado! Ahora entiendo todo y es aun mejor.

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